Comenzamos con el pueblo
Granadilla es un pueblo del norte de Cáceres que se abandonó en los años 60 como consecuencia de la construcción del Pantano de Gabriel y Galán. Las aguas inundaron las tierras de cultivo y los habitantes decidieron marchar del pueblo con todo el dolor de su corazón pues allí abandonaban toda su vida, sus recuerdos, sus vivencias. Unos años después el Ministerio de Educación junto con otros dos Ministerios decidió desarrollar en este pueblo un Proyecto Educativo para que las futuras generaciones de jóvenes pudieran recordar y revivir las formas de vida de los antiguos habitantes. Nosotros nos hemos convertido así para siempre en Nuevos Habitantes de Granadilla. Este es el pueblo, mitad en ruinas y mitad recuperado donde hemos vivido esta experiencia inolvidable.
oficios y talleres
Por las mañanas teníamos que trabajar en distintos oficios como la construcción y albañilería para recuperación y espacios que hicieran más habitable el pueblo. En agricultura y ganadería hemos tenido que cuidar a Platero, arar la tierra, regar las lechugas, sembrar tomates o sulfatar las habas. En jardinería hemos cuidado las plantas, segado la hierba y todo lo relacionado con el proceso de cultivo de las plantas desde las semillas hasta su plantación. Hemos pintado las paredes de la “discoteca” de un color azul añil propio de la zona y hemos aprendido a cocinar dulces tradicionales como las rosquillas fritas o los pestiños. Tras los oficios participábamos en algunos talleres de artesanía como cuero, cestería, radio, cuenta-cuentos, medioambiente y animación de las actividades nocturnas.
los protagonistas
Nosotros hemos sido los protagonistas de esta experiencia, porque durante una semana nos hemos convertido en los Nuevos Habitantes de Granadilla. Hemos vivido en sus casas, hemos trabajado los huertos y cuidado el ganado, hemos aprendido una forma de vida sin televisión, sin ordenador, sin prisas. Conociendo a amigos de otros lugares como Chiclana o Vallecas. Como los antiguos habitantes hemos conversado con el otro bajo el olmo centenario. Nos hemos descubierto distintos. Y hasta nos hemos emocionado.
Y la noche
Al atardecer el sol se ponía sobre el pantano. Y en la noche veíamos el cielo estrellado de Granadilla. Porque las noches en Granadilla eran especiales. La primera noche visitamos el cementerio en el que nos contaron historias de muertos, de apariciones. Cada noche, con el monitor Alfonso, preparábamos una serie de actividades sorprendentes, divertidas. Pases de modelos, disfraces, recorridos nocturnos, juegos. Convivencia. Después a dormir cada uno en su casa y en su cama. Lucía y Antonio, los profes, tienen sus dudas y su certeza de que todo esto se cumpliera. Pero sí pueden asegurar que los alumnos y alumnas del Emilio Prados han vivido como Nuevos Habitantes y se han impregnado del ESPIRITU DE GRANADILLA.
1 comentario:
Me gusta. Buen trabajo. ¿y yo podré participar en verano?
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