Explicación de la actividad.
"Se trata de hacer una reflexión a partir de una imagen en la que aparezca evidenciado un maltrato no físico sino psicológico o institucional que suele ser el menos trabajado en este día. La finalidad es que alguna alumna que pueda verse reflejada en alguna de las imágenes pueda ser consciente de su problema o percibir el alcance del mismo. He incluido también algunas imágenes relativas al tema del matrimonio infantil por su impacto visual, como la que yo he elegido, aunque estén más alejadas de nuestra sociedad."
Y aquí está el trabajo realizado que podéis ver el el pasillo hacia la sala de profesores.
Por último, os dejo con la reflexión de la profesora, Sonia Juárez
NADIE SONRÍE
La imagen pertenece a la serie de fotografías que realizó Stephanie Sinclair en Afganistán en 2012 para National Geographic, titulada “Too young to wed” (Demasiado jóvenes para casarse). En la imagen vemos dos hombres y dos niñas en un paisaje agreste y montañoso. Por sus atuendos podemos pensar que padres e hijas posan tras algún tipo de celebración. Así es. El atuendo ha sido escogido para una celebración: una boda. Dos bodas, mejor dicho. Porque estos hombres que posan cada uno con una niña no lo hacen con sus hijas, sino con sus respectivas esposas. Con sus mujeres. Ambas parejas acaban de casarse. Nadie sonríe.
Las niñas no se conocen y no saben que, desde hoy, comparten un destino. Un destino que la inocencia propia de su edad les impide imaginar: No pueden imaginar que lo que les espera al finalizar esta boda será el comienzo de una serie de violaciones sistemáticas por parte de su marido, acompañadas, en el peor de los casos, de malos tratos y humillaciones. No pueden saber que sus derechos a la libertad, al juego y a la educación han quedado completamente cercenados. No pueden adivinar que su salud quedará resentida a causa de las continuas infecciones que su aún débil sistema inmunológico no podrá soportar. No pueden siquiera sospechar que pronto sus cuerpos infantiles se verán atrapados en embarazos no deseados que las llevarán a un doloroso parto, si hubiera suerte; porque si no la hay, la muerte es muy posible, dada la inmadurez de sus organismos. No pueden saber que los hospitales de su país están llenos de niñas como ellas que han intentado quemarse vivas, quitarse la vida, incapaces de soportarla.
No. No pueden ni imaginar la vida que les espera. O quizás sí. Sí pueden. Y ellos también.
Por eso nadie sonríe.
Sonia Juárez
No hay comentarios:
Publicar un comentario